Discurso que di en el 2011 en la Ciudad de Chivilcoy en conmemoración a la noche de los Lapices.
Estoy en la etapa en la que se encontraban esos chicos hace 35 años, que defendían y luchaban por sus derechos y hoy los recuerdo; apreciando mi vida, siendo parte de un centro de estudiantes, viviendo y luchando quizá por lo que ellos hubiesen querido.
Hoy soy parte de algo nuevo, y en la que me siento muy feliz. Tengo la posibilidad de pertenecer a un grupo de personas en la que predomina la igualdad y las ganas de seguir luchando, profundizando y mejorando. Puedo expresar mis ganas, lo que pienso, lo que siento, y a cambio me enseñan, me escuchan, me aconsejan… y a mi edad encontrarse con esto, y que te hagan sentir parte, para mi esúnico. Esto que me pasa, me hace recordar lo que le quitaron a esos chicos por el solo hecho de luchar por lo que querían, por sus ideales; y entender que hoy todos continuamos con la construcción de una memoria colectiva y en la revisión de un pasado oscuro que afecto a muchas generaciones, así como también que el rol de los estudiantes y la juventud es vital para esta construcción. Por eso estoy acá, para demostrar junto a ustedes que la bandera sigue flameando, no solamente en las manos de la presidenta, sino también en los miles de jóvenes que hoy decimos nunca más, nunca menos.