martes, 18 de septiembre de 2012

Si los responsables del mundo son todos venerablemente adultos. y el mundo esta como esta, ¿No sera que debemos prestar mas atención a los jóvenes? Mario Benedetti.


Desde el retorno democrático en Argentina ha existido una enorme brecha entre la participación de las juventudes organizadas y los canales institucionales de representación y acción de estos sectores. Las juventudes argentinas han sufrido, al igual que el resto de la sociedad, el terrorismo de Estado de la última dictadura militar, que tuvo como uno de sus principales objetivos la desarticulan del basto tejido social para instalar las bases de un modelo individualista, de disciplinante social y pobreza neoliberal.
El resultado fue la consolidación de un discurso que en los años ’80 se expresó en el “no te metas”, se consideró a la política como riesgo, en los ’90 mutó a las formas del  “sálvese quien pueda” o “a mi qué me importa”, de la política como herramienta individual y conservadora del statu quo. 
Finalmente, el “que se vayan todos” de la crisis del año 2001 cerrando un círculo donde la política quedo absolutamente alejada de la sociedad.
A partir de mayo de 2003, el proyecto político encabezado por Néstor Kirchner y profundizado por la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, impulsó la recuperación del valor de la política como herramienta de transformación social, recuperándola en su sentido transgresor, desde un profundo sentido de construcción colectiva que permitió la recuperación de la mística, del saber que si se cree se puede y haciéndonos parte de un sueño que a diario construye un país para todos y todas. 
El renacer de la militancia y el aumento de la participación de los y las jóvenes en múltiples instancias dela vida social y política del país, nos exige promover espacios de participación donde los jóvenes se sientan protagonistas de los cambios políticos, sociales y culturales del país. 
Las juventudes argentinas hoy somos sujetos políticos, tenemos voz, tenemos mística, participamos y elegimos ser protagonistas de una historia ante la consolidación de un proyecto de país que nos incluya a todos y todas.


“Es importante que los jóvenes participen, que no esperen que los llamen, que discutan todo y que disputen. No es cuestión de edad sino de neuronas. Sean implacables con nuestras claudicaciones, que nadie los va a cercenar por ello. 
En la mesa de la discusión del poder no se pierde pureza. Por no entenderlo, le regalamos el poder a los sinvergüenzas. Tuvimos un problema cuando nosotros éramos jó
venes. En nuestra JP algunos creíamos que había que hacer política, participar en la democracia, pero también hubo quienes entendieron que tenían que tomar otro camino, militarista. Esa discusión ha sido zanjada por el tiempo y por eso ahora decimos que queremos más democracia, más política. Ustedes jóvenes, participen, no regalen espacios, sean parte de las instituciones, no se queden afuera para después tener que ir a esos despachos que podrían haber ocupado a pedir algo a quien los ocupa y si no los escuchan radicalizarse y contribuir al fracaso de todo”. Nestor Kirchner.

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